FÁBULA PARA ESCUCHAR CON LOS OÍDOS CIEGOS
No solo soy un resentido social, soy un suicida en potencia
el estado con su régimen autótrofo me va a suicidar
Para iniciar esta fábula quiero expresar hondamente y sin temores a condenas impetradas por quienes me aprecian y me desprecian; que es cierto que soy un resentido social, que no están equivocados los que así me califican, por tal hecho me atrevo a aceptar que lo soy y tengo razones para serlo: Porque he visto tanta inecuación social, he experimentado en mi piel mansa el picotazo urente del impío fustigador, he sentido la acción mal hiriente de todos los gobiernos repitiendo como paporreta su gestión atrabiliaria que produce urticaria hasta en el músculo del espíritu.
Será que el hecho de ser ignorado, soslayado, desplazado, aplastado y explotado electoralmente a través de la historia, no produce un rotundo resentimiento. Será que no causa irritación ver continuamente a los dueños de la patria holgazaneando inescrupulosamente los recursos pecuniarios que deberían invertirse en construcción de Hospitales, Instituciones Educativas, vías de comunicación, puentes, viviendas de interés social, dotación de herramientas de última tecnología a todas las entidades del estado.
Será que no duele y resiente la exclusión intencionada y tendenciosa de los sistemas de gobiernos autótrofos nacidos en los últimos tiempos en un país que no ha podido salvarse del escupitajo pestilente de los politicastros. No duele ver como el estado negocia votos y sonrisas de reinas con subsidio de Agro Ingreso Seguro, no duele, cierto? Ni causa resentimiento ver un estado vampirizado desde todas sus instancias, como también un pueblo náufrago en el espejismo del desierto y los desaciertos administrativo.
No causa dolor, impotencia y resentimiento ver como a través del tiempo se han producido los más heréticos magnicidios, sin embargo la impunidad campea en los estrados judiciales, no causa resentimiento, frustración y dolor: Ver, sentir, palpar como los grandes hombres con caoacidades para sacar al país de la cloaca donde está hundido, fueron víctima de criminales de estado, no duele que esos prohombres hayan sido homicidados por la maquinaria estatal porque veían conminado sus interés hegemónicos.
Un ser humano que piense y sienta será que no le duele y reciente que hayan concluido la vida a Galán, Gaitán, Pizarro, ideólogos preclaros ante los cuales había que quitarse el sombrero y todos los oropeles inventados por la sociedad de consumo. Prebostes que el suelo patrio no se da el lujo de parir todos los días y que fueron masacrados por la guillotina de los gobiernos mefistofélicos de este país.
A mí me duele la patria y por eso soy un resentido obstinado, frentero que no tiemblo ante los sicarios del estado colombiano, que no declinó y mi resentimiento no acaba hasta que no concluya la delincuencia de estado que le ha secuestrado la sonrisa a los niños y a los ancianos, el desarrollo de los pueblos; por eso, soy un resentido social que tengo el alma intoxicada por la actitud de los demagogos de siempre.
Solo entonces, hay que rastrear el antídoto para la desvampirización absoluta de todas las esferas del estado, para la defunción política definitiva de los que han postrado al país en la bancarrota. Cuando se desmonten las bases militares yanqui y se monte bases de zar antidelincuencia de estado, podré tener un espíritu sin tempestades que no me muestre como resentido social.
No causa resentimiento tener un presidente ciego de sensibilidad que se aferra al poder y lo peor, intransigente, sin capacidad de reconcilio y perdón que se cree pulcro, pero está embadurnado por dentro y por fuera, por el anverso y reverso, que no lo conmueven las lágrimas de las madres que claman un acuerdo humanitario, que no se inmuta ante las cadenas en el cuello de Moncayo y todos los caminantes por la paz; un presidente terco, recalcitrante, tozudo y torcido, impositor y excluyente, que nutre su orgullo con pócimas de soberbia que no le permiten transigir hacia un proceso de paz por vías axiológicas; que negocia conciencias con los bienes de la patria. Por eso soy resentido social.
En conclusión se necesita ser portador de una analgesia general para no experimentar resentimiento frente a la acción ciega de los vampiros que succionan la savia a la patria generando a ultranza una sistemática regresión. Quizás podré ser, un ser sin resentimientos cuando el estado colombiano sea un verdadero proveedor de servicios al colectivo nacional sin exclusiones ni miramientos. Mientras eso no suceda: Soy y seré un resentido urticante y me importa un carajo el qué dirán. Soy resentido porque el mezquinismo construyó frontera impidiendo el libre trasegar por el mundo.
A mí solo me pertenece: el exilio, el destierro, la excomunión, la amenaza, la exclusión, la ingratitud, la proscripción habita mis bolsillos por eso soy un resentido social y como un hombre resentido es un sicario en potencia, quiero sustraerme de los entorno donde habita el armamentismo bilioso, fanático, maniático, psiquiátrico, bélico, maquiavélico, mefistofélico.
COMIENZA UNA NUEVA TEORÍA: EL URICENTRISMO
En Colombia, jamás se había tenido un mandatario con el cariz del doctor Álvaro Uribe Vélez, ha sido un presidente singular, el único que ha tenido la entereza de enviar a los Estados Unidos, más ciudadanos colombiano en extradición, quien ha liderado las bajas más numerosa de miembros de los maquis, y ha puesto al país ad portas de una guerra con algunas naciones latinoamericana.
Ha sido el presidente de Colombia que más ha hablado en televisión, y quien más errores ha cometido y de igual forma quien ha tenido más capacidad de pedir perdón a los conciudadanos, en sus equívocos tan palmarios. Es importante manifestar además, que es quien más vuelo en avión ha hecho y en sus periodos administrativos se han suscitado los escándalos más espeluznantes; y sin dudas, el único que fue capaz de replegar a los bolcheviques disminuyéndoles su libre accionar.
No se puede desconocer de ninguna manera que ha sido éste, el gobierno que ha aumentado el pie de fuerza del estamento armado, como también se debe manifestar sin temor a equívocos que en el mandato del presidente Uribe se creó la figura de las recompensa para los informantes y para quienes contribuyeran de una u otra manera con la captura o en su defecto la baja de los actores que proceden al margen de la ley en todo el sentido de la palabra.
No ha sido fácil para los colombianos, ni para la opinión pública de la comunidad internacional, asimilar y aceptar a un presidente que genera polémica día a día y busca a ultranza imponer su traza ideológica sin importar los argumentos de los disidentes nacionales e internacionales; fundando en primera instancia la Uricracia, que es la tendencia a implantar un nuevo modelos de gobierno en el cual todo gira en torno a él.
Naturalmente como consecuencia de esa Uricracia, surge o por lo menos se pretende fundar una nueva teoría cósmica: Uricentrismo que es la tendencia de los últimos tiempo que todo por condición sine qua non, debe gravitar alrededor de Uribe, ya que no se sabe porque razones ha sido el ejecutivo colombiano que más magnetismo ha tenido sobre los ciudadanos de todas las esferas sociales del territorio colombiano.
Este análisis que inicié a las 4:00 de la mañana del día 10 de noviembre de 2009, en el municipio de Santa Ana sur del departamento del Magdalena, región Caribe Colombiana, no quiero concluir; más bien deseo que usted, tenga la posibilidad de cuestionarlo y al final manifieste con todo respeto y verticalidad su opinión.
EXISTE UNA LUZ PARA EL SUR
Hay un nuevo palpitar en el corazón de los lugareños que les tocó habitar por mandato del poder divino en el sur del departamento del Magdalena y esta esperanza la siembra el nombramiento del doctor José David González, como alto consejero para el desarrollo social del sur del territorio magdalenense.
A través de la historia el sur del departamento del Magdalena, a llevado en sus bolsillo pobreza en toda la amplitud de la palabra, ello ha permitido que nos destaquemos como un pueblo innecesario en el ámbito departamental y nacional para los procesos de crecimiento del país, al parecer solo somos imprescindibles para hacer contribuciones electorales.
Es importante anotar que algunos personajes que nacieron en el sur del Magdalena, territorio calificado en los últimos tiempo como “emporio de olvido” han tenido el privilegio de ocupar posiciones de trascendencia en concierto departamental y nacional, sin embargo no se ha visto el milagro de la mano redentora y más que eso reivindicadora; los motivos, son motivos de cuestionamientos vanos, que por mucho que se logren a esclarecer, evidenciar, son hechos históricos, que en nada van a cambiar positivamente el presente ni el futuro de un territorio con grandes potenciales y fortalezas.
Es oportuno testimoniar, no con el propósito de echar vainas a nadie, que el sur del Magdalena bautizado peyorativamente “emporio de olvido” solo aparece en el mapa por arte de birlibirloque en épocas eleccionarias, e incluso nuestros mismos dirigentes políticos hacen uso de la memoria, para recordar que en el sur existen unos pueblos incautos, merecedores aún de que les apliquen en pleno siglo 21 el fenómeno de la esclavitud, la más humillante de todas las formas de explotación que ha existido en la historia de la humanidad.
Toda vez que el calendario indica que se avecina una elección comienzan las romerías de “pescadores” de sufragios que inescrupulosamente saquean electoralmente la Sub Región Sur del Magdalena y lo peor, la mayoría de las veces con el concurso de algunos políticos trapicheros nacidos en el sur, que se constituyen en baquianos para facilitar la incursión a nuestra jungla, aún privilegiada con caminos de herradura, con puentes remendados, con Instituciones Educativas sin docentes y con un sinnúmero de obras inconclusas como testigo silencioso de la ineptitud de la dirigencia política, de los seudo líderes que han tenido el privilegio de desgobernar con lujo de competencia.
Por fin va a concluir la terrible vivencia, el ostracismo, la subvaloración, el olvido sistemático, con la creación de la Alta Consejería para el Desarrollo Social del Sur, una ventana a la esperanza y la reivindicación de los municipios de: Santa Bárbara de Pinto, Santa Ana, Pijiño del Carmen, San Zenón, San Sebastián, Guamal y El Banco; pueblos habitados desde la colonia por la negligencia, condecorado con medallas de miseria y aún nos queda tolerancia para soportar con estoicismo los vejámenes del destino.
Pero, ahora con la creación de la Alta Consejería para el Desarrollo Social del Sur, sí podremos mostrar, exponer nuestro acervo cultural, la riqueza intelectual, los docentes excelsos, la belleza de la mujer sureña que lleva en sus caderas un místico magnetismo entontecedor, los campesinos incansables elaborando con sus manos rudas la filigrana de la tierra, los ganaderos con sus ejemplares bovinos y equinos dignos de exhibir y resaltar, los artistas relegados en el fango del olvido, entre otros valores de nuestra comarca que tuvimos la capacidad de soportar durante largo tiempo la discriminación y la explotación, sin ni siquiera emitir lamentos, como tampoco empuñamos las vías de hecho para reclamar nuestros derechos constitucionales; y hoy, estamos dispuestos a perdonar el pasado, en aras de demostrar nuestra capacidad de tolerancia y contribuir con los procesos de paz y desarrollo con equidad social para la construcción de un departamento donde quepamos todos; y estén representado los intereses del colectivo, de los que tienen voz y de los que no tienen, de los que gritan y de los que callan.
Son tantas las frustraciones que he tenido, que me estoy convenciendo que sí hay mal que dure cien años y sí hay cuerpo que lo resiste. Cuantos años tiene Colombia de vivir con la esperanza de que algún día se solucionen por lo menos, los problemas básicos, para mejorar el modus vivendi, pero la mano redentora no llega, ni se asoma que es lo más frustrante, solo conatos de desarrollo hemos tenido y son muchos los desaciertos administrativos que la historia puede contar sin esfuerzos mayores.
Ante este particular el pueblo colombiano no ha tenido la capacidad de quitarse las vendas que lleva en sus ojos para lograr una elección equilibrada, responsable, sin fanatismos, ni odios; donde brille por su ausencia la compra venta de votos y de conciencia, donde la fuerza que te lleve a sufragar por un determinado candidato no sea la oferta de un puesto, de un contrato o de una beca de estudio que la mayoría de las veces resultan falsas.
Cuándo se romperá el círculo perverso: “yo no hago nada por el pueblo porque le compré el voto”; y el pueblo responde, “yo vendo el voto porque los políticos no hacen nada por el pueblo”. Mientras sigamos en esa dirección, los Centros de Salud continuaran sin gaza, los Colegios sin tiza, los tubos del acueducto obstruidos, el agua con materia fecal, los puentes remendados, la carne meada de perro, las calles llenas de huecos, los indigentes ignorados y el expendio de sustancias fuliginosas cuartando las esperanzas de los jóvenes, seguiremos jodido; los pobres menos ricos, los ricos menos pobres.
En algunas ocasiones hemos clamado personas de nuestra misma clase social para que nos representen y han llegado al poder, sin embargo hemos fracasado, lo que indica que no es un problema de estrato social, sino de ineptitud, complacencia grupistas, exclusión, falta de capacidad para decirle no a las pretensiones de algunos gamonales arribistas que desde sus haciendas gobiernan a los títeres que colocan en las entidades del estado y falta de entereza para rechazar las presiones de esos clientelistas que a todo trances buscan imponer funcionarios inescrupulosos en algunos puestos de manejo para que les permitan a través de contratos privatizar el dinero público.
Por lo anterior, los entes territoriales a esfera municipal, departamental y nacional, son unos conejillos de india, con los cuales se ensaya y se practican modelos administrativos que están al servicio del resentimiento, la discriminación, el favoritismo y las triquiñuelas de los pocos que han convertido el estado colombiano en un mercado donde adquieren al precio que desean mercancías para el uso particular.
Ya comienzan a venir los mercaderes, los comerciantes, para ser más directo, los compradores de conciencias que se llevan tracto mulas de votos los cuales adquieren canjeados por baratijas compradas en los agáchate de la capital y los volvemos ver en televisión o cuando se aproximan nuevas elecciones, entretanto los lugareños, los de pueblo, conformes seguimos hundidos en el oscurantismo infrahumano.
En los distintos entes territoriales del estado colombiano, en épocas de elecciones, hay presencia de dineros impúdicos que se ponen al servicio de las campañas, los cuales son ofrecidos por algunas pirámides nacionales y transnacionales con el fin expreso de cuando lleguen al poder los patrocinados, rescatar de la hacienda pública esas altas inversiones más los intereses no se sabe del cuanto por ciento.
Los procesos electorales en Colombia, son carnavalescos, es una especie de circo que monta el mismo estado y todo ese despilfarro de dinero lo paga el pueblo trabajador con sus impuestos, con el sudor y además cuando se le niega los derechos consagrado en la constitución, cuando sus hijos mueren en las puertas de los hospitales o en los caminos de herradura, cuando estudiantes terminan el año académico sin nombramiento de docentes por intención expresa de los gobernantes.
Muy pronto comienzan las griterías en la tarimas, los discursos paporréticos, las calumnias, la carnicería de baja resolución, las propuestas baratas y los eslogan vacíos pensados en el seno de las parrandas; a los cuales el pueblo ciego y víctima inconsciente aplaude enérgicamente proclamando “ese es el pollo” o azuzándolos ¡pica pollo¡ para que suelte su artillería despotricantes en contra de nuestros mismos ciudadanos. Esos,,, son los programas de gobierno que se socializan los políticos en los pueblos.
No tardará mucho tiempo en iniciarse las disputas por culpa del bicho maligno de la politiquería que enfrenta y destruye la armónica relación entre: Docentes, esposos, compadres, socios, hermanos, amigos, porque cada uno defiende a ciegas a un grupo o candidato criollo o importado por los trapicheros que en cada elección practican estos oficios con los que ganan comisiones y prebendas a costa de los ignorantes.
Pasan las elecciones, se posesionan los elegidos, eligen el gabinete que regularmente son los mismos de siempre y transcurrido el primer semestre de administración, se escuchan en los pasillos a los mismos que llevaron al poder a los gobernantes, haciendo los más espeluznantes juicios en contra de ellos, a éstos, los dirigentes desde el trono público le contestan: inadaptados, resentidos sociales.
Todos los ciudadanos conocen los capos de la política municipal, departamental y nacional, como saben quienes son los corredores o mandaderos, por lo que es fácil castigarlos, como ellos castigan al pueblo al excluirlo de los beneficios que deberían recibir, sin embargo se insiste en elegir los mismos o en su defecto otros pero pertenecientes a la misma ralea que a través de la historia ha desgobernado con lujo de detalles, es triste ver en la mayoría de los pueblos dos grupos que se alternan el trono, mientras el pueblo sufre todo tipo de calamidades.
Para lograr la salvación, se necesita austeridad en todos los sentidos y la eliminación total de: chupópteros, clientelistas, nóminas paralelas, excesos burocráticos, sobre facturación en contratos, abolición de patrocinios a festividades banales, y el desmontaje del 10 por ciento consagrado en la constitución nacional de los mandatarios, así, se podría salir después en un tiempo considerable, del abismo donde están sumergidos la mayoría de los pueblos del territorio colombiano.
Santa Ana Magdalena, 31 de octubre de 2009
Dr. ÁLVARO URIBE VÉLEZ
PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA DE COLOMBIA
Casa de Nariño Santa fe de Bogotá.
Asunto: Solicitud de protección.
Señor Presidente,
He decidido hacer esta denuncia ante usted para que se me proteja la muerte porque la vida me la han arrancado personas que se ofenden toda vez que expreso mi posición ideológica en canciones, crónicas, notas periodísticas, poemas, ocurrencias e intervenciones radiales. A pesar de tener derechos, según mandato de la carta magna, a exponer a través de cualquier medio las realidades del acontecer diario a esfera nacional e internacional, por esos criterios libertarios emitidos, en mi piel no cabe una amenaza más, éstas como púa tosigosa ungida de sustancias anti-cicatrizantes taladran mi dermis día a día.
Me apabullan, porque en este país no cabe la disensión y menos la disidencia, puesto que se estigmatiza con el peyorativo de maquis o bolchevique por lo que a imposición toca pensar como los que gobiernan, de no ser así, todas las oportunidades se nos niegan injustamente violando los derechos constitucionales; en síntesis, los que no pertenecemos a ninguna secta política, nos ponen a disposición una jauría demencial y enrevesada para que nos persiga y nos hostigue; todo colombiano que no haga parte de la rancia ralea gubernista, es excluido de la sombra benevolente que producen los tinglados estatales. El actual gobierno ha creado unos cabildos de amparo mutuos, solo para sus miembros, una especie de blindaje, de trinchera intocable que pretenden a toda trance defender los suyos y macartizar a los discrepantes oficializando los círculos proteccionistas recíprocos.
Señor presidente, me intimidan porque grito a toda voz que en las auténtica democracias cabemos todos, como en la verdadera seguridad democrática el estado no está altamente aprovisionado de armamentismo, pertrechos ni ejerce la represión con artillería por escaramuzas nimias de los enemigos, la reprimenda brilla por su ausencia; caso contrario es el estandarte de este régimen autótrofo por excelencia ,que nos amilana y nos cuarta la libertad de expresión, no a tenor de Venezuela, pero sí comprando medios de comunicaciones para que solo expongan su pensamiento los que gobiernan; la verdadera democracia no excluye, no criminaliza, no extradita, no crea proteccionismo para unos y macartismo para otros, ni pone cortapisas a las competencias ideológicas de los antagonistas.
Otro motivo de mis amenazas, señor Presidente, es porque he manifestado que la democracia propiamente dicha, no subsidia a los opulentos, no admite la timocracia ni el espionaje, se respeta y se promulga la objeción de conciencia como un acto supremo y deliberado, que en este régimen es letra muerta; también porque he denunciado los elefantes negros que existen en mi entorno y he señalado donde están las cloacas que le arrancan las esperanzas a los adolescentes con el libre expendio de sustancias fuliginosas; además por “hablar mal de usted”, puesto que me creo con el reverendo derecho para hacerlo, ya que lo permite la democracia que usted pregona. De la misma manera, porque no hago filas en los comandos de los conservadores retrógrados y los dogmáticos liberales, ambos, con ideologías retardatarias.
Respetado presidente, cuando dije en el párrafo anterior que hablo mal de usted, no imagine que hago despotricaciones ciegas en torno suyo, no, simplemente rechazo enérgicamente su política artillera, su intransigencia al acuerdo humanitario y la complaciente admisión de bases militares impuestas por el “premio nobel de paz” que debería enviarnos biblias, alimentos, medicina, hospitales, universidades, científicos, maestros y consejeros de paz que nos ayuden a mejorar las relaciones diplomáticas con los países aledaños que tanto nos afectan negativamente, de igual forma retro excavadoras para arrancar las minas anti persona y sembrar el suelo colombiano de vida, sonrisas y esperanzas; para revolucionar el país en el marco de ideologías políticas con equilibrio y justicia social.
Asimismo soy conminado por denunciar la indiferencia, la ineficiencia, la ineficacia, la inoperancia, la ineptitud y la impunidad que hace tránsito en el concierto nacional y las autoridades invidentes no columbran por complicidad expresa; en este mismo sentido debo manifestarle que me atosigan porque expreso que no comparto que usted autorice públicamente el exterminio y la extradición de los hijos de la patria, sin ofrecerle la oportunidad de que en un acto de sagrada contrición cambien sus actividades al margen de la ley y reparen sus víctimas; y porque repudio que se ponga precio a la vida de los compatriotas que actúan equivocados, si es que lo están y se galardone a los verdugos que los ejecutan como a los hipopótamos de Escobar.
Por todo lo anterior lo invito presidente a que acuñemos un nuevo vocablo, por ejemplo, RIPISMO: del prefijo RIP que significa revolución ideológica positiva y el sufijo ismo que denota movimiento, tendencia, corriente, escuela o filia. Sería entonces el Ripismo, una logía ideológica que encuadra a todos los componentes antropológicos; y la erocracia, sea el sistema de gobierno de este nuevo país, con ello la extinción total de armas, habrá abundancia en el suelo ubérrimo, así no tendrá la necesidad de protegerme de las crudas amenazas que surgen de los espíritus pérfidos, que no comparten mi fuero ideológico.
Debo clarificarle-Presidente- que el Ripismo no sería un movimiento político, sino una tendencia espiritual compuesta por todos los constituyentes humanos en condiciones igualitaria; por lo que no existirán gobernantes ni gobernados, por consiguiente la soberbia teoría antropocéntrica será derrumbada por la biocéntrica: La vida insoslayablemente el centro del cosmos; en conclusión no habría necesidad de que me suministre una escolta para que me preserve la vida.
SOMOS RICOS EN LA POBREZA
Colombia un “País rico en la pobreza y desorganizado en demasía”, es inconcebible que siendo esta una nación con todos los pisos térmicos, fuentes hídricas dulces y saladas, suelos fértiles a tutiplén, riqueza mineral diversa, una variadísima fauna y flora y como si fuera poco un panorama paisajístico exuberante.
Todo lo anterior se va al traste por la exagerada desorganización, por el caos administrativo, por la falta de un ejercicio sano, responsable y equilibrado, ya que los administradores de hoy y de siempre no han hecho otra cosa que ensayar y ensayar, crear leyes y violarlas, aplicarlas según conveniencia, lo que hace que este navío vaya al garete.
Algún día habrá que cambiar ese modus operandi que tiene a unos en el cielo y a otros en el suelo, pero para que eso se dé, primero hay que educar íntegramente al ciudadano para que actué en equilibro social respetando el complejo normativo y en consecuencia el fuero ideológico de las personas y el contexto donde se desarrolla.
No es necesario crear más normas, por el contrario se hace imprescindible detener la normarragia que se constituye en letra muerta, más bien darle oportuna aplicación sin que exista lobby para favorecer a unos y soslayos para excluir a otros.
Es muy común ver en las oficinas públicas sobre todo de las ciudades pequeñas, como algunos funcionarios y especialmente “secretarionas” que seleccionan a sus preferidos para que accedan a dialogar con los jefes de despacho sin cumplir con los protocolos establecidos, lo que convalida el caos institucional.
Otro es el caso de los Alcaldes y Gobernadores que les toca ir constantemente a la capital del país a hacer filas para que les asignen recursos dinerarios para solucionar los problemas y realizar obras en sus entes territoriales, lo que es innecesario puesto que el máximo jerarca debe trasferir mensualmente lo que corresponde.
Sería oportuno investigar cuántos millones de pesos se gasta anualmente cada alcalde y gobernador viajando de manera innecesaria, cuántas obras se harían con ese recursos que se despilfarra cuando se va a pedir lo que por ley nos pertenece.
No se sabe quien comenzará a poner orden en esta Casa desorganizada donde algunos arribistas sacan provecho y ventaja del caos y el desgobierno que se da en un país que se debate en una guerra fratricida sin sentido, donde el que siempre toma de la peor parte es el más débil.
Por lo pronto resignado seguiremos soportando con estoicismo hasta que se produzca un cambio generacional de gobernantes que pongan punto final a las administraciones babélicas que existen hoy a esfera nacional.
Cuánto dolor da, ver y escuchar a la más “refinada” dirigencia colombiana, incluyendo al máximo ejecutivo nacional, cuando pretende equivocadamente acabar los múltiples problemas de seguridad con aumento de penas, cárceles, incremento del piquete y todo lo que tenga que ver con la reprensión y medidas coercitivas.
Qué poca capacidad de análisis; es prácticamente nula la visión crítica y epistemológica, toda vez que un sistema de gobierno, que un Estado maduro, pretenda erradicar de raíz los problemas de violencia pandémica y la perversa delincuencia de estado que desangra al país negando las oportunidades a la sociedad para que desarrolle su vida en el marco de la justicia.
El latrocinio sistemático que se produce en el seno de la sociedad colombiana, sea de carácter público o privado, no se controla, ni se erradica creando leyes draconianas, se construye edificando un ser humano con las necesidades capitales resueltas en su totalidad, espiritualmente satisfecho, sin la más ínfima presencia de penuria.
Por lo tanto, hay que iniciar un proceso y un proyecto educativo serio, responsable, basado en justicia y con un alto contenido axiológico que le permita al nuevo conjunto social desarrollar un músculo invulnerable e inmunizado de cualquier tentación negativa.
Es de suma importancia dejar muy claro que para lograr ese equilibrio social es imprescindible tasar la asignación salarial del trabajador con base en sus necesidades fundamentales y no por los diplomas como se hace hoy en día, puesto que eso coloca a unos en desventajas.
En síntesis, en vez de construir cárceles, leyes drásticas, aumento de pena e implementación de fuerzas armada, bases militares extranjera, hay que dar empleo digno, garantizar la salud a los ciudadanos, construir nosocomios u hospitales, centros de educación, vivienda de calidad, carreteras, escenarios artísticos y deportivos.
TEXTO PARA REFLEXIONAR Y DESPUÉS LLORAR
En Colombia cuando la persona femenina, masculina o transgénero cumple cierta edad, algunas entidades públicas o privadas de manera taxativa deciden no vincularlos laboralmente, lo que constituye una evidente violación del derecho consagrado en el artículo 25 de la Constitución Colombiana.
Lo anterior le sucede a mucha gente en este país que cuenta con la constitución más bella del mundo, pero desafortunadamente es letra muerta, solo aplica para los escogidos que regularmente son los mismos que se dan el lujo de hacer pasarelas por los distintos cargos habidos y por haber, porque gozan de feromonas para ello.
Infortunadamente los que no nacieron con estrella, no practican doctrinas de arrodillamiento, ni ceremonias adulatorias, casi siempre suelen volverse viejos y no logran conquistar en su juventud un empleo aunque sea de mala muerte, por talante y talento que posean, porque en esta patria “igualitaria” los cargos están escriturados a unos pocos.
Además de que la rancia dirigencia que mal gobierna este país de unos pocos: margina, excluye, discrimina sin tapujos y niega ciegamente los derechos conferidos en la carta política, hace usanza inadecuada del patrimonio dinerario del colectivo cuartando cualquier posibilidad de mejorar el modus vivendi de los que no son preferidos en los tinglados estatales.
Ahora sí, saque pañuelo para que comience a llorar, si usted conforma la luenga lista de los que nunca han estado en nómina porque no se les ofreció esa oportunidad, como tampoco gozaron del privilegio de contratar con el estado, ni recibir prebendas o canonjías, solo han llevado sobre su dorso la albarda de la explotación irracional.
A pesar de todas las exclusiones laborales, y de otra naturaleza, el estado no exonera de pagos de impuestos, servicios públicos a esas personas que no tuvieron la oportunidad de vivir pegadas, per sécula seculórum a la ubre de los gobiernos, por el contrario les corresponde contribuir sin derechos a refunfuños, de no ser así, le aplican todo el peso de la ley para que cumpla los deberes de ciudadano.
En síntesis, si usted es adulto mayor, no solicite trabajo digno a los gobernantes, más bien saque un registro civil y busque un politiquero para que lo incluya en los programas de la tercera edad y así todos los días podrá jugar dominó mientras espera un opíparo plato de bazofia.
LOS NIÑOS: LA SEMILLA DE LA ESPECIE HUMANA?
Desde tiempos remotos se escucha decir y con mucha frecuencia en distintos escenarios públicos y privados que la época más bella de la vida es la infancia cosa que resulta difícil de entender, justificar, y sobre todo aceptar, las razones son muchas para no decir que son infinitas.
Hoy por doquier se encuentran niños abandonados, en las calles, parques, lotes; otros siendo objeto de negociaciones comerciales, explotación laboral, violaciones, maltrato, abusos sexuales, violencia y como si fuera poco en los últimos años sus cuerpos tienen un extraño magnetismo a las balas perdidas convirtiéndose en blanco de un conflicto completamente ajeno a ellos.
Además se suma a estas problemáticas, la situación de los infantes concebidos en actos violatorios, y los que no son reconocidos ante la autoridad competente, quizás porque fueron traídos al mundo por una mera satisfacción de los placeres inanes de los adultos.
Según el código de infancia y adolescencia, el derecho de los niños prevalece ante el de los adultos, pero al parecer en Colombia esta hermosa afirmación, no solo es letra muerta, sino sepultada, puesto que no tienen derecho a nada, todo se les niega, se les viola y se les condicionan.
Para hacer más evidente la afirmación hecha en el párrafo anterior, es oportuno interrogarnos, a los niños se les da la oportunidad de elegir a su libre albedrio los juguetes, lo más sagrado para ellos, no, todo se les impone y la mayoría de las veces con reprimendas, engaños o en el peor de los casos con coscorrones.
Asimismo se le cuarta y se les reprime a los infantiles el derecho a la libre escogencia de su vestuario, de su comida, de la Institución donde educarse, el día y el lugar donde recrease, el tiempo que debe esparcirse y en el que debe estudiar, de igual forma los amigos, el capital más valioso para remembranzas en su adultez.
Colombia un territorio fértil para las balas perdidas y con mucha razón, aquí, todo el mundo anda armado y bravuconeando, por lo que día a día abundan las balas perdidas, disparadas por los adultos a los adultos, pero desafortunadamente hacen blanco en los niños que nada tienen que ver con los problemas de los mayores.
Y para colmo de males algunos gobernantes, cuando anualmente le celebran el día de la niñez, quienes se comen las golosinas y lucen las camisetas, que deberían llevar con orgullo los niños, son las gestoras sociales, los alcaldes y sus hijos, además los que conforman el gabinete y algunos amigotes allegados.
Los niños “la semilla de la especie humana” deberían tener como garante máximo para desarrollarse en equilibrio, un contexto geográfico en óptimas condiciones, con un ambiente social, sicológico, lúdico, ecológico, didáctico, climático saludables para que sus procesos de crecimiento sean estrictamente holísticos.