POR LOS CAMINOS DEL CORAZÓN

El día que el poeta Federico Santodomingo me habló de Raffael Medina Brochero, creí que era otra de sus invenciones poéticas; por eso, no lo tomé en serio. Pero, el día que trajo consigo sus poemas sueltos y desordenados, pensé que dentro de las letras, dentro de las palabras, podría haber un poeta y, quizás bueno. Al irse, me detuve, con esa paciencia jobiana que me caracteriza a organizar y leer cada trozo de prosa poética del joven escritor. Fui tomando precauciones para no equivocarme en la lectura, pues, venían escritos con letra de máquina vieja esas de notario de pueblo olvidado y con cinta requeterrepasada. Al leerlos todos, exclamé: ¡Oh que buen poemario. Aquí lo tenemos ya entre manos, por eso, hay que decir de él que centra en sus páginas la palpitante historia de las cosas, el ábrete sésamo de las circunstancias, la dialéctica del devenir del hombre: la vida y la muerte; el amor y el dolor; la tristeza y la alegría; la madre y la libido; la maldad y el thanatos; pero, lo más bello, la infancia y su encuentro con la pubertad y la adultez. Dice el poeta:

«Mi cuna
el suelo
y las pirámides del pecho de mi madre,
fue el biberón de mis ensueños…»

y continúa

«¡Todo ha cambiado!
Los niños no tienen infancia
y la infancia de esa
infancia sin infancia
desde que perdí mi infancia data»

Aquí hay dialéctica. Aquí hay historía. Aquí hay vida. En la poesía de Raffael Medina Brochero hay cadencia y, por eso, hay música. Música de alas. Una música que llega al tuétano del alma, que hace vibrar los contornos de la existencia, que hace arrugar las pasiones hasta del hombre glacial. La armonía en cada frase, la ilusión y la esperanza de cada párrafo, hacen que toda la poesía sea una sinfonía de colores regados en las praderas del amor.

Memorias del corazón es eso: un manojo de recuerdos que salen de allá, de la sima del espíritu, que, a través de un esfuerzo visceral esculpen en mármol de carrara las estatuas para la posteridad de Santana, sitial honorario y honorífico de cuyo vientre sale la inspiración para que hombres como Raffael Medina Brochero escriban a su historia y a su etnia, a las fuentes encontradas, a su tonal y a su nahual.

Abel Ávila.
Escritor colombiano.

A GREY KARMIN

 

Dulce pedacito de mis sueños
verso fresco de mi lírica canción
no me llames, mañana estaré muy lejos
búscame en los reductos de tu corazón

Grey

Yo no quiero que tu corazón sangre
porque hace sangrar mi corazón
yo quiero que tu corazón cante
y que nunca conozca el dolor.

Grey

A veces escucho tu voz, en otra voz
y en otros ojos veo los tuyos
tu voz escucho en la voz de Dhios
y tus ojos veo, en los de un cocuyo.

Grey

Goza ahora tus sueños infantiles
porque la vida tiene transiciones amargas
ella tiene más tinieblas que candiles
como tiene más esplínes que esperanzas.

Grey

Dile al pintor del pincel pensante
que plasme en el lienzo tus labios de carmín
pídele que pinte tus cabellos ondeantes
ruégale esa gracia a tu tío Martín

Grey

Soy el poeta de los versos extraviados
soy el poeta de las lágrimas escasas
mis últimos versos por ti, he logrado
pero encontrar mis lágrimas, no hay esperazas

CADA VEZ

Cada vez
que entro a tu alcoba
encuentro tu libro abierto
cerca a mi almohada
mendigándole
un verso,
para sus páginas solitarias.
Y
cada vez
que en ti pienso
se me invierte el pensamiento
y
se me escapan las lágrimas

 

SOY UN POETA

Tu erotismo exigía un hombre
y yo no lo soy, soy un poeta
y los poetas aman sin el sexo.
Tu libido necesitaba carne
y yo no lo soy,soy un poeta
y los poetas son espirituales.
Tus labios pedían un beso
y no te lo di, porque soy un poeta
y los poetas besan con la mirada.
Tu cuerpo necesitaba del sexo
y no te lo di, porque soy un poeta
y los poetas no aman con los testículos.
Tus ojos necesitaban un Sol
y no te lo di, porque soy un poeta
y los poetas llevan el Sol por dentro.
Tu alma me pedía calor
y no te lo di, porque soy un poeta
y los poetas carecen de tepidarios.
Tú soñabas que te amara
y no te amé, porque soy un poeta
y los poetas aman en sus sueños.
Tú necesitabas que te hablara
y no te hablé, porque soy un poeta
y los poetas hablan con su silencio.
Tú deseabas mil caminos
y no te los di, porque soy un poeta
y los poetas carecen de caminos.
Tú deseabas mi cuerpo
y no te lo di, porque soy un poeta
y los poetas prescinden de la materia.
en síntesis
no perdiste un hombre
perdiste un poeta

UN DIA

Un día me pidió carne
y carne le di
y sonreía complacida.
Un día me pidió un beso
y un beso le di
y se moría de alegría.
Un día me pidió sexo
y sexo le di
y satisfizo su cuerpo
Un día me pidió perdón
y perdón le di
y se apagó un lucero.

AUSENCIA

Quisiste tener mis cielos
y no soportaste sus borrascas
quisiste un amor único
y te olvidaste de Dhios
quisiste amarme tanto
y engendraste el olvido
quisiste esclavizarme
y rompiste las cadenas.

 

MADRE

¡Madre mía!

El lecho que te alberga semeja una nube ebúrnea;
sosteniendo una flor inválida de un jardín celestial.
Tus miradas son fijas como en la uña la lúnula,
y tu voz es profunda como el lago Baikal.

Tus manos son dos flores penta-pétalos;
que parecen nacidas de un divino clavel.
Tus cabellos trenzados semejan licopodios tiernos
y tu risa parece el sonar del cascabel.

Ya no ves las tardes pinceladas de arrebol,
ni el véspero empinarse en el horizonte lácteo;
tus ojos ya no ven el bello ocaso del Sol,
como tampoco aquellos montes glaucos.

¡Madre mía!

Los oasis en tu vida, fueron cosas exiguas;
porque el azar cónstelo tu alma de arduas batallas,
yo nunca he visto en tus labios una sonrisa eximia,
como tampoco en tus ojos una mirada canalla.

El ocaso de tu vida hace propincuo tu eclipse
y un ingente sismo sacude mi corazón;
está anidada en tus ojos una mirada muy triste,
y en mi alma tétrica, un océano de dolor.

El trascurrir de los años erosionó tu mocedad,
como erosionan las aguas, la superficie térrea.
Tu vida se está acabando en la gélida soledad,
y tus bellos ojos negros, bajo tus cejas se cierran.

¡Madre mía!

No alcanzarán mis lágrimas para llorar el dolor,
que causará tu ausencia, madrecita adorada,
tus brazos fueron convólvulos que me brindaron calor
y tu vientre fue mi cuna y mi primera morada.

Adiós te diré en esa ausencia sin fin,
con un insólito atascamiento gutural.
Adiós te diré al verte partir,
adiós te diré en tan triste final.

¡Adiós madre! Te irás para siempre,
dejando mi alma sumida en el dolor,
tu sarcófago será mi mente
y tu epitafio mi corazón.

TU CUERPO

En las curvas sin peraltes de tu cuerpo
quisiera accidentarme,
y de las pirámides de tu pecho,
libar el dulce veneno
que me depare la muerte.
En las curvas sin peraltes de tu cuerpo
se equivocó la física
porque
en vez de actuar la fuerza centrífuga
actúa la centrípeta.

INFANCIA

Mis primeros gorjeos,
mis pinitos primeros
en las anfractuosas callejuelas de mi pueblo,
bajo un cielo plúmbeo
y sobre un arenal espeso,
una noche de lluvia,
por primera vez di;
y se tejieron mis sueños,
en las ancas de un jumento denegrido,
por los caminos estrechos,
cubiertos de árboles y légamo;
y hoy,
sólo recuerdo el pretérito,
cuando mi pobre viejo,
el campesino que a las madrugadas madrugaba
y desadormecía el Sol,
con el canto del machete, del barretón y el hacha,
en las montañas agrestes,
donde las chicharras,
entonan sus jubilosas cantatas.
Y aquellas tardes de pitahaya
se escondían en el vientre de la noche
como la vida en las oscuras cavernas de la muerte.
Pero entonces,
la luz intermitente del cocuyo
alumbraba el sendero que conducía a la choza,
donde el viejo dejaba su consorte y sus polluelos.
También recuerdo,
que mis juguetes fueron vacas de totumo
y las varas de cañahuate desconchadas
mis caballos fueron.
Mis carritos
nunca fueron sintéticos:
Yo los hice con mis manos,
manos de niño inocente,
que ya se acabaron
porque hoy son maliciosos,
atrevidos, deslenguados,
yo fui distinto, tímido, callado.
Mi cascabel,
fue el ladrido, el frémito, el rebuzno y el relincho,
esa fusión de voces del ganado.
Mi cuna, el suelo
y las pirámides del pecho de mi madre,
fue el biberón de mis ensueños.
Yo no tuve pañales,
mi madre me cubría con hojas de bijao,
así fui creciendo,
Santa Inés fue mi escenario, y cuando fui grandecito,
mi viejo me hizo un regalo,
me trajo una cauchera del pueblo,
para que fuera al maizal a espantar los pájaros.
Qué feliz,
lanzando piedras
y las cotorras, loros y pericos gritando;
mas ¿para qué evocar ese pasado?
Si es irreversible como mi infancia,
no volveré a trepar un árbol,
para alcanzar iguanas.
No volveré a jugar en los barrancos,
ni en las calles de Santana,
ni a salir en pandillas a robar mango a Talaigua;
porque el tiempo confinó la infancia,
de aquellos niños amigos,
y las costumbres de Santana, Talaigua y Pijiño,
en una mística obsolescencia han caído,
ya no se pide barato,
barato nos puede matar una bala,
ya no se escucha el piropo
ni el caimán roncar junto a la cama,
todo ha cambiado!
Los niños no tienen infancia
y la infancia de esa infancia, sin infancia,
desde que perdí mi infancia data.

VETE TRANQUILA

vete tranquila
yo iré por el espinoso sendero
que me depara la vida,
extasiado en ese cielo sin matices,
porque aún columbran mis pupilas
la lujosa simetría de tu rostro,
decorando el firmamento de tus ojos.
Pero,
cuando mis retinas se niegan a plasmar tu imagen,
tú en mí, habrás muerto, entonces tornará a mis labios
la sonrisa azucarada que tus labios desfloraron
y cuando sientas el trajinar de los años
a través de tus sentidos,
podrás paladear el mismo amargo,
del dulce vino,
como venganza del pasado.
Mirarás atrás,
verás los escombros de mi amor atomizado,
en el último relámpago de mi vida.
Delia!
De la transparencia de mis sueños,
sólo quedan pesadillas,
repintando las huellas de un amor nefario,
que hasta las hojas de los cactus marchita.
Y sobre la oscura corteza de mi rostro,
fluyen lágrimas turbias,
portando las cenizas de un amor fallido,
calcinado por el ósculo,
de unos labios ígneos.
Y aún las ansias por besarte,
mis labios buscan la superficie de tu tez morena,
amalhayando tantos besos truncos
por la vigilancia paterna.
¿Si te amo?
Pregúntaselo a las noches oscuras
en que salen las luciérnagas,
a ostentar su lumbre,
en las calles escabrosas de tu tierra.

 

¿DONDE?

¿Dónde está el agua que sacia mi polidipsia?
¿dónde está el fármaco que alivia mi dolor?
¿dónde está el pábulo que calma mi bulimia?
¿dónde está la vida de aquel que murió?

¿Dónde está el Dhios que originó la vida?
¿donde está la gloria, dónde está el infierno?
¿dónde está la equidad que nos fue prometida?
¿dónde está la calma de este mundo enfermo?

¿Dónde está la paz de este caótico mundo?
¿dónde está el freno del ser corrompido?
¿dónde está el hombre que fue errabundo?
¿dónde está el que convirtió el agua en vino?

¿Dónde está la sonrisa apacible del niño?
¿dónde está el asilo del anciano abandonado?
¿dónde está el lugar donde forjar mi nido?
¿dónde está el amigo sicario endemoniado?

EL AMOR

Te seguiré amando
para mí el amor
también es ausencia
me amaste con la eternidad del relámpago
hasta donde te autorizaron
porque tu amor fue sufragáneo
te seguiré amando
no necesito tu presencia para amarte
para mí el amor es:
una lágrima en el desierto
una sombra en los retoños del tiempo
para ti
una junción de cuerpos
un encuentro de genitales
para mí
un camino de nubes sobre la selva dormida
una fusión de lunas en un corazón de cristal
para ti
un roce de labios en las estrías vaginales
una propiedad privada
para mí el amor es:
un resuello de Sol en el pináculo de un abismo
una soledad que lincea en los rincones crípticos
otra soledad para juntar sus quejidos
una flor que germina en las pampas del pensamiento
un derrumbe de luz en unos ojos nocturnales
una sombra tatuada en un espejo palpitante
es un éxodo de piedras por los caminos arteriales
una mariposa que vuela con una flor en el pensamiento
es un salto de luceros en una noche de espumas
para mí el amor es:
una estrella que alumbra los senderos que aún no existen
es escuchar atento la estruendosa onomatopeya del silencio.

A VARGAS VILA

Porque no quiso transitar,

por los tábidos senderos que le señalaba el mundo

porque no permitió que conculcaran

sus sacras concepciones

exiliado fue.

Y por qué lo alberga

una álgida cripta

de una basílica malsana

acaso este cielo de vidrio

escuchó sus alaridos al momento defenecer

este cielo acromático

sólo escuchó sus vagidos

cuando llegó a este desierto abominable,

mezquino y lacerante.

A YESE

 

Si yo pudiera erigir en mi
pensamiento

una tumba cálida luminosa y
homogénea

para guardar para toda la
vida los restos

de la tumba fría y oscura
donde está Yesenia.

Porque la tumba.

Por amplia que sea, es
estrecha

por llana que sea, es
profunda

por blanca que sea, es
negra

por visible que sea, es
oculta.

Por jovial que sea, es
funérea

por dulce que sea, es
amarga

por tibia que sea, es
gélida

por buena que sea, es mala.

Por fértil que sea, es
infecunda

por grande que sea, es
pequeña

por limpia que sea, es
sucia

por fiel que sea, engaña.

Por dócil que sea, es
arisca

por viva que sea, es muerta

por munífica que sea, es
mezquina

por
mansa que sea, es violenta.

 

 

NO ME FALTAS

 

Y aunque no me faltas

hay un espacio demás

siento tu imagen que pasa

como una estrella fugaz.

 

Y aunque no me faltas

hay un espacio que sobra

y la guitarra te llama

silenciosa y sonora.

 

Y aunque no me faltas

hay un espacio en la cama

donde está la fragancia

con que te perfumabas.

 

Y aunque no me faltas

hay una luz que interroga

dónde está aquella muchacha

por que te encuentras a solas.

 

Y aunque no me faltas

mis ojos lloran solitarios

por aquélla que los besaba

cuando estaban dormitados.

COSTEÑO

He cruzado ríos

montañas

y

desiertos,

he luchado,

contra las destemplanzas de la naturaleza,

llevo a cuestas mil desesperanzas

y aquí estoy

con un enjambre de sueños

forjados a la margen de la tristeza.

Estoy lleno de nada.

Busco en el frío de los capitalinos,

el calor,

para atenuar el frío del abandono,

de un corazón costeño.

LOS ATARDECERES

 

Los atardeceres

por bellos que sean

son atardeceres,

ellos llevan consigo

bostezos de pordioseros,

confín y cansancio,

horizontes en climaterio.

ACRÓSTICO

 

Allá en los socavones denegridos de mi ayer

Los pensamientos abruptos dejé sepultados

Urgía en mi alma la necesidad del saber

Maestro, con tu esfuerzo y el mío, lo he logrado

No habrán palabras ni dádivas con qué agradecer

Orgulloso estoy, de ser un hombre ilustrado.

SUEÑOS DE VIDRIO

Por fin el dromedario

torna a mi alma sahariana

dándome el invertido triángulo

de la geometría humana.

Y

En un paisaje nocturno

decorado con luciérnagas

teje el sol su sepulcro

en el reverso de la tierra.

Y

Manojos de alondras amputadas

duermen en sueños de vidrio,

la felicidad de haber nacido sin alas

y volar en los cielos endrinos.

 

EL FETICIDIO

 

 

El feticidio es el delito más fatal,

porque es dar muerte a un ser inerme,

es matar en el claustro maternal

y las mismas madres dan la muerte.

 

Impías, sin valor para mostrarse autoras

de una criatura inocente, optan por matarla,

esas son las que llamo prostitutas o zorras,

esas son las que llamo meretrices o hetairas.

 

Convertir a un inocente en un pasquín

después que lo abortan, lo echan a la basura,

malditas todas, todas se deben morir

como en ese acto vil, se han muerto algunas.

 

Esas vampiresas que se empequeñecen abortando,

y esos medicastros que dan el fármaco abortivo

con la punta de mis dedos me atrevo a señalarlos,

esos dos escarabajos que habitan el mismo nido.

 

Y en la catástasis de este hiriente epigrama

a los epizoarios del sexo quiero anunciar

que vivirán en el mundo como nociva piara

y en la misma pira se van a quemar.



CIELO ROMÁNTICO

 

 

Si las minúsculas rendijas

de tu mansión

permiten que llegue

hasta tu lecho mi voz,

perdona que te trasnoche,

es el viento quien porta mis frases poetizadas

y es el pecho quien me grita,

canta,

canta a tus amigos del alma,

y si el oriol

y si el oriol

canta a su nido desolado,

yo canto a tu cumpleaños

y que se confunda mi canto,

con la arena blanca

y con las estrellas

de ese cielo romántico.

 

TODO ES VIOLENCIA

 

Las piedras desnudas

sobre las desnudas montañas,

emiten un sonido quejumbroso

y mojan con sus lágrimas

los pétalos de un Sol que nace angustioso.

Pero no sólo las piedras ostentan tristeza,

también el cielo se despliega

mostrando las secuelas que deja la violencia.

¡Oh Violencia!

Nutrida con el licor feral de la ambición,

dejas el corazón sin vida

y la vida sin corazón.

LOS LIBROS

  

Los libros son las flores del sentimiento

que expresan nuestras intimidades

los libros, son los hijos del pensamiento

 

que narran nuestras realidades.

ACRÓSTICO

Anhelo que en los claustros educativos

Las semillas del saber no se marchiten

Unámonos todos por un solo objetivo

Más sabiduría, paz y amor que ya no existen

Nostalgia siento al pensar que por motivos

Oscuros, alumnos a los claustros no asisten.

A MIS HIJOS

 

 

Que los labios deletéreos del mundo

no besen tus pulcros labios..

 

Que los ojos proditorios del mundo

no miren tus ojos gratos.

 

Que el aliento delusorio del mundo

no llegue a tu aliento sano.

 

Que las manos vejatorias del mundo

 no toquen tus sacras manos.

ACRÓSTICO

 

Mística lámpara de afable luminiscencia.

Alumbrando los retoños impolutos de su vida

Dios quiso que fueras de los lares la reina

Reina y esclava de amarguras matricidas

En tu día te deseo felicidad eterna

Serás feliz madrecita en tu día.

ACRÓSTICO

Mil infortunios tejen tu destino

Andas sin esperanzas y sin ilusiones

Eres utilizado como medio educativo

Sí no reconocen la grandeza de tus labores

Tendrás que luchar por los siglos de los siglos

Rastreando el néctar, para endulzar los sinsabores

Otomía sólo hay, en tu desolado camino

Sonríele al mundo, aunque por dentro llores.

ACRÓSTICO

Más contento estoy que nunca

Arde en mi alma la alegría

Deseo brindarte en este día

Racimos de besos y ternura

Espléndida como la Luna

Sensible como la sandía.

SUEÑOS

Pasas como la nieve tocando el pináculo de la cordillera enhiesta

donde se posa un águila íngrima a saciar su polifagia,

pasas como el imago que huye de la mano siniestra,

como el flamante bólido que de los cielos se escapa.


Esa que tuve en mis manos, como alondra con alas amputadas

como libélulas en las zarpas de un famélico halcón,

esa que con tranquilidad de muerto mis labios besaba

hoy pasa como el relámpago y ni me dice adiós.


Y se pierde hacia el horizonte caminando con agonía,

como si buscara algo en el seno de la montaña oscura.

y yo sollozando flébil, sólo la perseguía,

porque ya ni en lontananza se veía su figura.


Y entré en los montes dormidos, eludiendo el reptil avieso,

que exornaba la selva endrina, como el corazón de Atreo,

yo buscaba a Delia la mujer de mis ensueños

y encontré a Príapo en los brazos de Morfeo.


Y temblaron mis piemos por la visión percibida

lloró mi alma por la amarga conmoción;

y en un rayo de Sol vi evaporarse mi vida,

mi vida vi evaporarse, en un rayo de Sol.


La fronda se meció imitando las barcarolas de Schumann,

y erradicó de mi mente la ominosa pesadilla,

mi vida vi retomar en un rayo de Luna

en un rayo de Luna, vi retomar mi vida.


La noche tocó la selva y el viento el ortigal.

como los labios de Judas a las facciones de Cristo,

y a lo lejos, a lo lejos oí a Hornero recitar

y a Céfalo llorar por el negro uxoricidio.


¡Dios bendito. Dios bendito!


Bendito sea el camino que te conduce o te guía

por las montañas espesas donde el coral hace nido.

bendita sea la estrella que tu sendero ilumina,

bendita sea la tierra donde dejas tus vestigios.


El dolor nació a mi unido, como nacen los siameses

y la tristeza hizo mí alma, como una flor del desierto.

y en la inmensidad azulina vi las facciones de Orestes

como las de Medea, cuando vio sus hijos muertos.


Quisiera encontrar sus labios para posar los míos en ellos,

como se posó en mi mente el fantasmal sinsabor,

quisiera mirar sus ojos por los ojos ciegos de Hornero,

quisiera cortar su pelo y con ellos ahorcar mi dolor.


Quisiera condensar los montes donde se encuentra perdida,

o encontrar un nigromante que me diga dónde está,

quisiera sepultar en un sueño mi hiriente melancolía,

quisiera tener la espada de Bolívar batallar.


Y seguir en el camino que la hojarasca eclipsaba

con el pánico del gato, al agua de la mañana estival,

proseguía sin pensar que la montaña me tragaba

como se tragó un pez marino, al gran profeta Joñas.


Y al recodo del camino un árbol magno habitaba

y como estaba lloviendo en él me quise abrigar,

y en una gruta repleta de hojas secas, ella estaba

con un áspid en el cuello que semejaba un collar.


Muerta, y constelada de vida que pasaste ayer

mansa, y tanto brío que poseía tu cuerpo,

pálida, y tú que parecías tener

mil glóbulos rojos en tu rostro sujeto.

MAMA

Surcado por el dolor,

entre senescentes nardos y crisantemos,

genuflexo deprequé:

Señor:

dadle vida a mi madre,

que su rostro grávido de surcos,

destroza mi corazón,

sus labios exangües,

sus ojos apagados me señalan su altar,

sus cabellos entrecanos,

sus agónicas miradas, marcan su final.

¡Oh! Antorcha que te apagas con la brisa de los años!

¡Oh! Dolor que te encamas en lo intrínseco de mi alma!

Hoy que pululan las lágrimas en sus mejillas,

déjame naufragar en ellas,

déjame barnizar su rostro enlutado,

y erradicar el nefario maquillaje

que le deparan los años,

déjame acariciar sus manos ajadas,

manos que llevaron añicos de mendrugo

a mis labios encamados;

y me quitaron las canicas

cuando perseveraba en el juego

pero hoy,

cuando la muerte se asoma

en el regazo cristalino de una lágrima

y su risa homérica queda sepultada

en la cerrazón de la agonía,

siento un arpón ponzoñoso

enclavado en mi alma;

adiós madre adorada, adiós madre mía.

Hoy que abandonas el mundo

y te marchas al arcano cielo;

déjame decirte adiós,

adiós ave que cruzaste

el desastroso cielo de la vida

y dejaste

vestigios de dolor

en tu lustroso jardín,

adiós madre mía:

que seas feliz,

que el Señor te aloje

en el rincón más santo de su corazón

y te dé felicidad eterna,

y a mí,

dadme fuerzas,

dadme fuerzas para desleír el dolor

y la acritud que me apresa.

Señor:

¿por qué me arrancas lo más querido?

¿por qué le quitas el pedazo de vida?

su bondad y su pudor

hoy se esfuman en la losa impía.

 

TRAICIÓN

 

Tus labios son fraguas,

tus besos traición,

tú eres espada

tú eres dolor,

 

Tú eres camino

que va al desierto,

tú eres ofidio

que inyectan veneno.

 

Tú eres el alma

de Judas Iscariote.

Tú eres la espada

que a mi alma rompe,

 

Tú eres principio

de toda maldad,

tú eres presidio,

tú eres crueldad.

 

Tú eres el nombre

que mató a Ugolino,

tú eres el sable

que mata al mendigo.

 

Tú eres el alma

vil de Caín,

tú eres un drama

que me hace reír.

 

Tú eres papel

que vaga en la calle,

tú eres mujer

de pocos detalles.

 

Tú eres más cruel

que el caballo de Troya,

tú eres infiel,

tú eres traidora.

 

NOSTALGIA

  

El socavón de mi oscura nostalgia

y las tonalidades tornátiles de un cielo de abril,

 no permiten que cicatricen mis sueños de arco iris

y el pin que soporta el pedestal de mis ensueños,

se funde con el hielo

de unos labios ígneos,

ruedo al abismo,

caigo en el cielo

transido, sonreído,

y en la orgásmica transitoriedad de un estornudo

quisiera deshacerme,

del imperioso cautiverio

de tus ojos vivaces e imprecisos,

pero no lo consigo,

entonces depreco:

Señor:

dadle un diestro y lujoso porvenir,

grávido de amor y esperanzas e incesantes sonrisas,

pero cuan bello sería

que existieran perennes en tus labios,

una sonrisa y un beso

para no vivir a expensas

de la frustrosa conveniencia

 que castra las plumillas de un amor plenario.

Si yo pudiera

pintar con la acuarela de mis arterias,

un paisaje gris maquillado de alegría

para satisfacción de los desiertos,

yo lo hiciera.

O caer en el abismo profundo de mi profundo dolor,

perdido en los caminos sin retomo de la vida

voy, voy.

¡Oh! Cáliz de mi eterna amargura,

ven a mis labios,

ven a mis labios,

dadme dolor.

 

 

VIOLENCIA

 

Cuando el plasmadlo de la violencia

cabalgue por los túneles del corazón

y cunda las vénulas más estrechas,

en los labios no habrá sonrisas,

ni en el hemisferio de los ojos

miradas amigas,

si por el diluvio de reyertas

el cielo ostenta un maquillaje mustio,

que enluta el carmíneo horizonte

y las estrellas,

todo es tiniebla!

Preludia la guerra, la vida es un relumbro

que fenece con las miradas bélicas,

y en los rostros godibles

ara la tristeza y la zozobra

porque los niños sueñan con el crimen

y los ancianos lloran:

lloran porque las turbaciones belísonas

rompen el religioso mutismo de la aurora

y los deja inmersos

en el ominoso fiordo de las penas,

pero a ese piélago

de corazones pictóricos de ponzoñas,

vendrá un consiliario deifico,

a espantar el gatuperio que vive insomne,

expandiendo sus tentáculos fosilizadores.

Y sólo tú,

Tú Omnipotente.

podrás hacer deleznable

el espinoso oleaje de la violencia

y convertirla en pavesas,

para que ese volcán no mane por su cráter

el ósculo siniestro, de la miseria,

ni el nubarrón que deja el terrorismo

eclipse la luminiscencia etérea

de las noches lucientes de plenilunio.

Hoy la violencia

es el cáncer del mundo!

Y todo es afótico,

escabroso,

luto,

y los nefelismos lactescentes pintados de arrebol

cesaron con el turbión de sangre,

con la tosquedad cruda de las conciencias criminales

y se escuchan gemir los escombros del alma

ocultos en el alma de los escombros.

 

TORMENTOS

El impetuoso oleaje caribeño,

se estrella en el farallón soñoliento,

y entre la espuma blanca evanescente,

chasquean los caracoles rupestres

y con dejo fúnebre

dijo Mabelys

«Yo quisiera que el mar descansara un momento»,

que la guerra y la paz, forjen un liquen simbiótico,

que el suelo beligerante

se torne pacífico,

y al pestañear el día

ría el crepúsculo

y se escuche la ornitofonía

en el balcón de las almas

como un himno de amor

que se agiganta

y descuaja el espíneo rencor,

y la violencia, que esparce sus esporas aviesas,

y con sangre las riega

para que germinen;

y en los esotéricos rincones del corazón

aniden,

como piedras con narcolepsia eviterna.

Sí:

Y sólo si un destello zodiacal

esfuma el runruneo soldadesco en el juncar

podrá tatuarse de nuevo la hilaridad

en las facciones del niño, del anciano y del mendigo;

pero ¿cómo limar ese pensamiento aspérrimo?

para que la fronda al rodar por la cuesta de los cerros,

no se tinte con sangre de soldados y guerrilleros,

para que en el grifo de los ojos

cese el lagrimeo,

y un derrumbe sidéreo

colme el suelo de júbilo

y en el zafíreo papel del cielo

paz y amor quede escrito.

CAMPESINOS

 

No importa que la zarza, arañe tus brazos,

no importa que el Sol, pinte de negro tu frente,

no importa que el sable, haga callos en tus manos,

ni que tengas cicatrices causadas por el machete.

 

Tu sudor es la llovizna que humedece el campo,

y el campo es la vida, de la vida, en la vida,

sin embargo, el mundo no valora tu trabajo

porque te desprecia, porque no te determina.

 

Y tú eres la sangre que da sangre a mi sangre

y el dolor que alivia el dolor,

tú eres el hambre que quita el hambre

y el pudor, que da pudor al sin pudor.

 

Tú surcas la tierra yerma

con tesón hasta hacerla frugífera,

tú el rústico que el urbano afrenta

aunque le arrancas el hambre que lo asesina.

 

Tú desnudas tu pecho incólume,

para que el céfiro al llegar te duerma,

tú sonríes al brutal que te ofende,

tú cantas a quien te desprecia.

 

Y con el sudor de tu frente en la frente,

aras la tierra para nutrir tu cultivo

y no te importan los vilipendios de la gente,

porque eres un hombre sin prejuicios y altivo.

 

Tú eres quien lustras los rostros sonrientes;

sin ti, el mundo, es mundo sin sentido,

tú eres la vivienda, que vivienda no tiene

pero tienes una Luna y un Sol campesino.

 



NO TE VAYAS

 

Y me despierto

y te ¡lamo en voz baja

y sólo tu olor encuentro

en la almohada.

Emely González L.

 

No te vayas:

que mis labios agrietados claman tu presencia

y tus besos son llovizna

que humecta mis labios averiados,

mi alma es un desierto,

y por el borrascoso cielo de mi vida

cruza un ófrico dolor

que rompe el sosiego que la noche fecundó.

No te vayas:

que el íngrimo entorno que me alberga,

sólo me permite escuchar

la lúgubre omitofonía

que el viento lleva en sus entrañas.

No te vayas:

porque a veces mi tristeza se hace tan grande

que no cabe en mi alma

y por mis ojos se sale, hecha lágrimas.  \

 

No te vayas:

cobíjame con el copioso plumaje

de tus desplumadas alas.

 



YESENIA

 

El palpitante sol de ilusiones, muerto,

la tierna flor en eclosión, marchita,

la pompa de múltiples matices se rompió con la brisa,

como el alma de mi sobrina, en el río turbulento.

 

Lo más suave del pétalo de una flor,

es rústico ante la sutileza de ella;

cuando busco los motivos de tu muerte Yesenia

dudo de tu existencia Señor.

 

Las turbias aguas donde quedaste inmersa,

esa tarde de arreboles incoloros,

manchó la sonrisa de tus labios de oro,

pero no mancharon el cristal de tu conciencia.

 

Eres luz que me llena de tinieblas,

y el trago amargo que en mis labios se vierte

sé que la vida, es el camino para llegar a la muerte,

pero tú te fuiste muy de prisa Yesenia.

 

Si el rostro de tus padres ver pudieras,

rescatarías tu vida a como diera lugar,

para que no estén los sacrificios de tu papá

representados en una amarga tragedia.

 

Tus labios tiernos cual flor en capullo,

tus dientecitos blancos como espigas de maíz,

tu muerte, llanto eterno en los ojos de Beatriz

y amargura infinita en los de Víctor Julio.

MI VIEJO

Pinta su dolor,

si eres pintor,

pinta las arrugas,

que desdibujan la simetría

de sus contornos/aciales;

pinta la tristeza de mi padre,

que va arrastrando sus piernas

por el cansancio de la vida,

porque la vida es el calvario

que nos entrega al calvario,

y de su mentón angular

se precipita un cúmulo de barbas cenicientas

representando sus años

y los años pasan,

añejando los recuerdos archivados en su memoria.

¡Oh humilde campesino:

Te levantas a despertar la aurora

y aún traes la noche enredada en tus cabellos.

Ya el día abrió sus ojos,

la noche cerró los suyos,

y la sombra de tu sombra,

parece dialogar con el silencio.

Mi viejo,

va trastabillando,

y sus ojos conjugan el verbo morir,

una amarga felicidad deletrean sus labios,

pero canta,

si aún los trances de la vida

dejan retazos de canciones

enganchadas en tu garganta.

 

¿POR QUE?

 

Llantos, carcajadas, lamentos

Llantos, carcajadas y lamentosa constituyen el mundo;

Llantos de niños destrozados por el dolor,

carcajadas de opulentos

que con sarcasmos sacian su crueldad,

lamentos de pordioseros que con trémula voz;

dicen al pudiente,

en tu rostro veo mi tumba

y entre tus manos mi muerte.

¿Por qué?

¿Por qué Omnipotente?

Es que no les duele ver el rostro llagado del gamín

y escuchar el gemido agonizante del pordiosero.

Ellos,

en la ríspida soledad,

se revuelcan en el fango de la inopia,

y el dolor se robustece en sus aflictos rostros

y en el vientre ígnito de las tinieblas,

solos.

Solos como famélicos galgos

que abandonan su amo para saciar su acoria.

Pero

soy la manta del gamín,

soy la muleta del pordiosero,

soy el gamín mismo,

que en mi pensamiento onírico,

siento el torniscón astroso del máfrito esbirro

y el rostro lacrado,

porque el mundo me depara su aliento mefítico

y hasta desde el pulpito de una pomposa basílica,

me gritan sermones vilipendiosos

los-sacerdotes impíos.

¿Por qué?

¿Por qué padre mío?

¿Por qué me hiciste el sámago de la sociedad?

¿Por qué me hiciste la cuna de la miseria?

En cada paso de mi trágico andar

hay espinas, hay tristeza, hay tiniebla.

 

ESCÚCHALO

 

El escorpión asecha,

el egoísmo disgrega,

, pero no temas,

Dios a través de Cristo,

a tu corazón un Cristo lleva

y con la florescencia de amor

y de ternura diva,

las almas polutas por la escoria satánica

serán conversas,

y adiós pedrisco que rompes los labios vidriosos,

ya no habrán miradas nostálgicas

ni rostros pavoridos,

y la prismática complejidad del mundo

izada por los dioses falaces

dejará de ser ultimátum,

porque de los cielos

una mirada cristiana,

pacífica, hermana,

invita a los contritos a depurar su alma,

Dios nos llama,

a través del silencio de sus palabras,

¿no lo escuchas?

Qué vas a escucharle,

si eres incrédulo, criminal y farsante,

sin embargo,

envió a su hijo

para condenar nuestros pecados,

escúchalo, síguelo

por todos los caminos anda,

es ecuménico y el único ascensor del cielo.

 

 



AUSENCIA

 

Y con tu ausencia.  

 

Queda sin aroma la flor      

sin movimientos los ríos,       

y mi corazón se enclaustró       

en un laberinto frío.

 

Con tu ausencia.

 

Sin senda queda el peregrino

y sin sonido mi voz

queda enlutado el camino

por donde anduviste vos.

 

                 Con tu ausencia.

 

Queda muda la guitarra

que muda pende de un clavo

muda queda la chicharra

y mi corazón frustrado.

 

Con tu ausencia.

 

Quedan mis ojos sin luz,

y sin caminos mis pies

¿cómo quedaste tú?

Dulce y apacible querer.

 

 

 

TORPEZA

  

Quisiste tener mis cielos

y no soportaste sus borrascas

quisiste un amor único

y te olvidaste de Dios

quisiste amarme tanto

y engendraste el olvido     

quisiste esclavizarme   

y rompiste las cadenas.

A MIS FLORES

 

Yolizeth

 

Si yo pudiera atrincherar tu corazón

de las cruentas emboscadas de la vida

en el fondo de mis sueños cavaría un socavón

para que sonrías, sonrías y sonrías.

 

Si yo pudiera camuflar tu corazón

para evadir los traveses de la vida

lo ocultaría en los pétalos de una flor

para que sonrías, sonrías y sonrías.

 

Grey

 

Si y o pudiera acorazar tu corazón

para eludir los trances de la vida

y erradicar de tu entorno el sinsabor

para que sonrías, sonrías y sonrías.

 

Cenobia

 

Si yo pudiera blindar tu corazón

para rescindir los embates de la vida

y desaparecer de tus contornos el dolor

para que sonrías, sonrías y sonrías.

 

¡Oh Casimiro!

 

Si yo pudiera convoyar tu corazón

para abrogar las asechanzas de la vida

y erradicar para siempre el amargor

para que sonrías, sonrías y sonrías.



A MIS FLORES

 

Yolizeth

 

Si yo pudiera atrincherar tu corazón

de las cruentas emboscadas de la vida

en el fondo de mis sueños cavaría un socavón

para que sonrías, sonrías y sonrías.

 

Si yo pudiera camuflar tu corazón

para evadir los traveses de la vida

lo ocultaría en los pétalos de una flor

para que sonrías, sonrías y sonrías.

 

Grey

 

Si y o pudiera acorazar tu corazón

para eludir los trances de la vida

y erradicar de tu entorno el sinsabor

para que sonrías, sonrías y sonrías.

 

Cenobia

 

Si yo pudiera blindar tu corazón

para rescindir los embates de la vida

y desaparecer de tus contornos el dolor

para que sonrías, sonrías y sonrías.

 

¡Oh Casimiro!

 

Si yo pudiera convoyar tu corazón

para abrogar las asechanzas de la vida

y erradicar para siempre el amargor

para que sonrías, sonrías y sonrías.